miércoles, 31 de marzo de 2010

La hora de la siesta...

Cuando por fin decidimos que es la hora de la siesta, nos encontramos con la cara negativa de nuestros bebés que decididamente nos expresan descontento. Podemos darnos por vencida y así evitar un dolor de cabeza. Realmente es alentador, pero por el propio bien de nuestro bebé intentamos acostarlo en su cunita. Aquí comienza el camino que va desde un "quejido" a un tsunami de lagrimas.

En primer lugar intenté que no estuviera sobresaltado. Intentemos llevarlo a la cuna de un modo calmo, sin hablar demasiado fuerte, pero sobre todo intentando no sobrellenarlo con mamadera/pecho. Eso no es recomendable ya que el bebé puede atragantarse con leche, y también ya que puede que le duela la pancita por no hacer provecho. En síntesis, no alimentarlo y acostarlo inmediatamente. Llevarlo en un clima cálido, hablándole acerca de lo que van a hacer; "te voy a acostar", "vamos a leer un cuentito" e intentamos no hablarle demasiado que comprenda que es el momento de la siesta. Armar una rutina juntos es un camino que recorreremos juntos. Le podemos cantar, lo podemos consolar si llora. Otra idea es bañlarlo/a y hacerles un masaje suave para que expulse cólicos.

Lo importante es lo que nosotras sentimos que es lo mejor para el bebé. Ese llamado desde adentro es lo que nos lleva a poder entendernos con nuestro bebé. Si el bebé se duerme a upa y queremos que así sea, así debemos hacerlo. Nosotras debemos saber qué hacer y como. Recordemos que el contacto mamá- bebé es importantísimo sobre todo en edades tempranas. Además de proporcionar la sensación de bienestar, seguridad, protección.

Escuchemos a la mamá que llevamos dentro y hagamos lo que creemos mejor para nuestro hijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario