jueves, 31 de diciembre de 2009

Año nuevo


Haciendo un balance, este fue el mejor año de mi vida. Un año en el cual nació mi hijo, un año en el que comencé a estudiar nuevamente. Muchas veces brindé para fin de año con mi mirada al cielo, pidiéndole a Dios, rogándole, por aquello que hoy tengo en mi hogar.
Le doy gracias a Dios, a la vida por darme todo lo que tengo. Esta sociedad mira solamente los bolsillos para medir la felicidad de la gente, es por eso que siempre es chiquita, poca, insuficiente. Yo prefiero mirar mi vida desde el ángulo del amor que uno da y que recibe, y realmente me siento desbordada.
Amo mi marido, amo a mi hijo y amo lo que somos los tres juntos. Jamás pensé que tanto amor podría caber en el corazón.

Feliz año para todos!
kiki

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Pequeños cambios.

...Debería decir; ¡Qué alegría por fin estoy haciendome cargo de la casa otra vez!. Sin embargo, lo siento más que como una satisfacción, como una liberación. Necesitaba sentir que estoy al mando, que estoy a cargo de las cosas de la casa nuevamente. No es porque me haga más mujer limpiar, ¡para nada!, simplemente que es una manera de poder reincorporarme a mi vida diaria donde soy yo la que tengo que hacer cosas por mi misma. Antes con la panza se complicaba y ahora con el bebé lo que se dificulta es encontrar el tiempo para hacer todo.
Una de mis próximas metas es continuar con el ejercicio físico y cuestiones relacionadas con mi salud. Sobre todo porque después de las fiestas uno debe comenzar el año y comenzar a realizar todas las metas que uno se va proponiendo.



martes, 29 de diciembre de 2009

Llanto


Quién va ¿vos o yo?. A la hora de decidir quién se va a hacer cargo de dormir al pequeñín, surgen las discusiones. Si lo tenés a "upa", se malcría. Si lo dejás solo, se deprime y aprende a desconfiar de su entorno. Todo el mundo a la hora de ver como crías a tu hijo tiene el antídoto perfecto. Todos expertos saben como deberían los demás criar a sus hijos. Siempre me quedo fija escuchando los que dicen saber o tener la manera correcta de "amaestrar" a los bebés.
Lo cierto de todo esto es que los demás pretenden decirnos que lo que hacemos está mal. Creo que Dios da a cada familia el hijo que merece, y a cada padre la intuición para comprender a ese hijo que llega.
Es difícil el ser padres, y nadie dijo que no lo sería. Poco a poco padres e hijos aprenden a comprenderse. Los hijos se duermen temprano, después de madrugar tanto tiempo. Aprendemos juntos, poco a poco a descifrar los mensajes que nos quieren transmitir esos pequeñitos que lloran, por momentos, hasta el cansancio. Pero cuando uno cree que pierde el control, tanto amor brota de nuestro corazón que seguimos teniéndoles paciencia. Es algo que nunca sentí, que estaba guardado muy dentro de mi. Cuando pienso que todo se desborda, que a mi alrededor todo se ve difuso, cuando nadie de la familia se acerca a dar una mano, me siento con mi bebé y le canto, aunque con su llanto no escucho mi voz, poco a poco nos vamos encontrando, nos vamos reconociendo, sabiendo que en este mundo estan mamá papá y bebé . Y todo se ve más hermoso, más nuestro. Somos una familia que va emprendiendo día a día esta maravillosa aventura de vivir.



lunes, 28 de diciembre de 2009

Seguir adelante



Pensaba en algún tiempo atrás y realmente me siento una mujer engrandecida. Mi bebé me dio una perspectiva totalmente diferente de lo que era mi vida, de lo que quiero y mucho más clara de lo que NO quiero.

En este recorrido que emprendemos como seres independientes, mujeres, esposas o estudiantes, vemos que en esos cambios no todos están de acuerdo y mucho menos están dispuestos a acompañarnos o ayudarnos a atravesarlos. Es por eso que muchas nos apenamos porque no obtenemos la aprobación o el apoyo de las personas cercanas. Pero ¿por qué nos sentimos engañados o defraudados?, buscar la pregunta correcta me lleva a otras preguntas, sin embargo lo que queda claro es que todo tiene que ver con expectativas propias que nosotros ponemos en el otro y esperamos que resulten porque nosotros queremos que sea así. Allí es donde la voluntad del otro puede estar de nuestro lado o no.
A mis 28 años jamás pensé encontrarme sin gran parte de la gente que me apoyaba, y dejé de buscar respuestas afuera para mis preguntas y comencé a vivir feliz mi vida sin buscar apoyo en los demás, sino en mi misma. Dentro mío tengo las respuestas que necesito, dentro mío tengo la fuerza para salir adelante, dentro mío tengo el amor para las personas de bien que quieran recibirlo. Está en los demás ser parte de éste mi mundo, o quedarse afuera.
Les aseguro a todos que afuera, hace frío.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Convencia, maternidad, tareas hogareñas....¿pueden coexistir?

Cuando estamos al borde del grito, ese que llega después de notar que las cosas se están saliendo de control. Cuando nuestro bebé nos llama, llorando. Cuando los platos se amontonan, y las hormigas se apoderan de las pocas plantas que hay en el balcón,¿Qué hacer?. Uno puede pedir ayuda, por supuesto, yo tengo ayuda, mi marido. Pero ¿qué sucede con nosotras que queremos hacerlo todo?, por una razón que no comprendemos no nos contentamos queremos tener el control de nuestra casa. Parece absurdo pero es algo que nos caracteriza a nosotras las mujeres, queremos hacernos cargo de nuestro hogar.
Es una herencia del tiempo, esa que dice "ser la buena esposa", y es casi lo que dice, esposa-esclava. No me refiero al domino del hombre por sobre la mujer porque por aquí esa regla no existe, me refiero más bien a tener la casa limpia, la comida hecha, las plantas con flores. Si bien nadie me exige, soy yo la que estoy intranquila porque no terminé (por ejemplo) de secar los platos.
Romper con las viejas tradiciones es lo que debemos las mujeres de hoy en día emprender. Hacernos cargo de lo que podemos y de lo que no, pedir ayuda.
Se aceptan consejos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Cómo hacerte dormir...?

Hace diez minutitos te despertaste y pensando bien hace 15 te habías dormido. Hay veces que pienso cuándo fue la última vez que dormí más de tres horas. Sin embargo, no me puedo sentir más feliz. Tener a mi bebé en mis brazos, sentir que lo ayudo a crecer, calmarlo cada vez que llora, son hoy por hoy mi alegría. No me siento postergada, no me invade la presencia de un hijo me hace simplemente ser una mejor persona. Realizada como mujer.