viernes, 8 de enero de 2010
Dulces abrazos
Cuando estabas en la panza pensaba que eras un niño bueno, pues cuando te movías y me dolía te decía que te quedaras quieto y respondías al instante. Me sentía más bien culpable con todas las complicaciones de salud que tuve y vos tan dulce, tan chiquito, estabas en conexión conmigo.
Ahora que naciste te veo cada día diferente, te crecen los deditos, te crece la PANZA, realmente me sorprende día a día tu crecimiento y tus avances. Todos tus logros desde tus gritos, tus muecas, tus "ajó". Cada día es un regalo, agradezco a Dios por haberme dado este milagro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario