sábado, 9 de enero de 2010

Vida al aire libre


¡Cuanto calor hace cuando no estamos rodeados de naturaleza!. Pareciera que aca en la ciudad si uno no tiene un metro cuadrado de césped todo parece derretirse a nuestro paso. Afortunadamente llega el momento que nos zambullimos a una pileta y todo alrededor se ensordece y tenemos la oportunidad de escucharnos a nosotros mismos.
En esta oportunidad escuché que en verdad si importa lo que hayamos pasado aunque los demás no lo vean así. Cada persona es lo que le ha sucedido, lo que le sucede y lo que le sucederá. Cada circunstancia nos va marcando y nos va delimitando como personas. Vivir o mejor dicho intentar vivir de la mejor manera posible implica, entre todas las cosas aceptar las propias limitaciones y sobre todo ser más tolerante con la de los demás. Los errores ajenos, son eso, ajenos. Debemos procurar ser buenas personas, sin ser avasallados en nuestra integridad.
Cierta vez el maestro se encontró con uno de sus alumnos que se hallaba llorando en el patio y le pregunta por qué llora. El alumno enjuagándose el llanto le responde

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